jueves, 18 de noviembre de 2010

Las Maestras Republicanas: Sororidad, militancia y compromiso


Carmen García Colmenares. 

Cátedra Estudios de Genero.Universidad de Valladolid




Las Asociaciones de Mujeres 
como espacios (propios) de sociabilidad femenina

Los estudios de magisterio fueron una de las escasas salidas profesionales de las mujeres españolas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, creándose una Escuela Normal en la mayoría de las provincias, lo que las permitió estudiar sin desplazarse fuera. Estas maestras, a pesar de las barreras institucionales, sociales y personales, llevaron a cabo un importe compromiso docente que permitió, entre otras cosas, bajar las cotas de analfabetismo que asolaban al país. Asimismo, apostaron por un modelo educativo que contemplase la educación de las mujeres en los mismos términos que los varones, potenciando la coeducación.
Pero a largo de la historia sus aportaciones han sido invisibilizadas al valorar el papel de la teoría frente a los saberes prácticos, es decir el saber qué frente al saber cómo, lo que situaba a las maestras, mayoritarias en la profesión, en el plano de la mera ejecución de la directrices de los renombrados pedagogos, perpetuando de esta manera las asimetrías y jerarquías docentes, a la vez que se reforzaba el harén pedagógico. Situar la mirada en las aportaciones de las docentes va a permitir revisar la actuación de las mismas en sus propios términos, acercándonos a un análisis menos sesgado de su práctica en las aulas.

El acceso a la universidad sin permiso especial a partir de 1910 y la obtención del voto de las mujeres españolas en 1931 no podría haberse conseguido sin el esfuerzo de un importante número de mujeres, destacándose aquellas que tenían un formación intelectual mas elevada, como fue el caso de las maestras, profesoras de Escuelas Normales e inspectoras de Enseñanza Primaria. Algunas de ellas lo harán desde su afiliación a sindicatos profesionales como Fete y el movimiento anarquista, aunque la vía de acceso mas utilizada será a través de las diferentes asociaciones de mujeres que existían en ese momento.

Aunque los historiadores suelen señalar como principales impedimentos de la afiliación sindical de las maestras la mayor dedicación a la familia (doble tarea), el escaso compromiso político o la mentalidad de la época (De Luis, 2002), estos argumentos son insuficientes ya que no explican su alta participación en otros espacios como las asociaciones femeninas y feministas que van a proliferar durante el primer tercio de siglo XX y el periodo republicano ( Capel,1986 ; Fagoaga,1985; Muiña,2008). Se olvida como señala Concha Fagoaga que las mujeres desde el primer momento percibieron que